domingo, 23 de abril de 2017
Resultados de legrado y autopsia
miércoles, 12 de abril de 2017
Post parto sin bebé
Dentro de la desgracia, mi niña venía enmantillada con la bolsa amniótica y membranas intactas, lo que permitió que no fuera tan traumático para ella ni para mi. Ella simplemente se fue apagando poco a poco, dejando de recibir oxígeno y nutrientes de mi cuerpo, pero sin la experiencia de un parto, ella no sufrió.
Yo, he tenido la suerte de apreciar su belleza, a través de la bolsa transparente, su aspecto tal cual era en mi interior.
Por un lado sentía la necesidad de estar más con ella, por el otro era demasiado duro... aveces me arrepiento de que ese momento fuera fugaz como las estrellas.
Inmediatamente después del
Sentí el mundo caer sobre mi. Los primeros minutos no podía creerlo, preguntaba a las enfermeras si todo era un sueño. Era extraño sentir la sangre salir de nuevo tras 4 meses de amenorrea.
Después de un par de horas allí, la ginecóloga que me había atendido vino, me cogió de la mano, me avisó de que todo lo que iba a venir ahora sería un duelo que tendría que pasar, que llorara todo lo necesario. Yo no hacia más que preguntarle "pero ¿que ha pasado? Esta mañana estuve aquí y me dijeron que todo estaba bien...". Ella me dijo que sobre todo no me culpara, ¿cómo no iba a hacerlo? Mi hija estaba bien pero mi cuerpo la había expulsado demasido pronto.. Me dijo que, podía haber sido una infección que no dió la cara, ni fiebre... No sé. Dice que quizá nunca sepamos que pasó pero yo lucharé por encontrar una razón.
Cuando desperté ya estaba de camino a observacion y había terminado el legrado. A mi lado había una chica que venía de una cesárea, y un hermoso recién nacido sano en su pecho al que escuchaba respirar y tragar la leche de su madre, los miraba con ternura y a la vez muchísima pena. Nosotros habíamos deseado una lactancia exclusiva a demanda y prolongada, el único deseo que se cumplió fue el parto natural. Las enfermeras se dieron cuenta de que los miraba y cerraron las cortinas inmediatamente. Pedí que me llevaran a mi habitación, con mi familia. De camino vi muchos bebés, embarazadas, un mundo que ya no iba conmigo, no dejaban de caerme lágrimas. Quería volver a ver a mi estrellita...
Desde la habitación escuchaba los monitores y los corazones de los bebes cabalgando en las barrigas de las madres a punto de dar a luz, pensaba que a mi ya no me pondrían esas correas. No podía dejar de llorar. Por suerte pude volver a casa ese mismo día, me hicieron análiticas y revisión en un mes y, ale, vuelta a la vida. Mi princesa no venía conmigo.
El mundo me parecía muy frágil.
Los días iban y venían, y yo era solo un cuerpo sin vida. Mis pechos estaban muy hinchados y en un golpe de curiosidad se me ocurrió estrujar mi pezón, salieron gotas de leche amarilla de estrella. Rompí a llorar. ¿ Si no podía vivir porque mi cuerpo se preparó para alimentarla? Se que es un proceso automático del parto, pero aún así...
Ya no podía irme a Alemania al día siguiente, además quería esperar a aquella revisión, alguna pista de lo que pasó. En cambio, mi pareja, mi pilar fundamental debía irse, debía volver al trabajo. Quedé desolada cuando se fué.
Muchos me decían que por "suerte", menos mal que esta desgracia pasó en España, donde tenía bastante apoyo, y no en Alemania donde sólo estábamos mi pareja y yo. ¿Acaso por eso duele menos?.
Después de dar explicaciones en nuestros trabajos, él consiguió escaparse a España conmigo unos días y estar a mi lado. Y entonces mi vida cogió un poco de impulso, dió un vuelco muy grande.
Él pasó a ser la persona más importante, la mitad de mi bebé, el que encendió aquella estrella, solo con amor.
Siempre había sentido cierta culpabilidad por estar lejos de mi familia (padres, hermano, abuelos...), más aún con la idea de privarlos ver crecer a mi hij@, el casarme en Alemania cuando todos querían verme casada aquí. Pues aunque sólo estamos a dos horas de avión, no es tan fácil como parece, a mi familia le resulta difícil organizarse viajes cuando tienen muchas responsabilidades en España.
Pues bien, a raíz de la desgracia, ese sentimiento de culpa acabó, no sólo porque ya no habría bebé, sino porque perdió el sentido... ¿podía pasarme algo más horrible que perder a mi hija?
Para mi, siempre había sido muy duro vivir en Alemania y deseaba volver a España para quedarme, formar mi familia, disfrutar de los nuestros bajo el sol mediterráneo. Pero cuando perdí a mi niña, busqué al diablo y para preguntarle si podía hacer un contrato: Él me dejaría cojer ese avión de vuelta a tierras germanas con mi princesa dentro y a cambio yo no volvería nunca a España.
El diablo por desgracia no se presentó.
Ahora deseo con fuerza retomar la que era mi vida allí, empezar otra vez, trabajar, dejar que mi cuerpo también haga lo suyo. Pero también soy consciente en que tendré que vivir un duelo distinto allí, cuando llegue a casa. Puesto que todo el embarazo lo pasé allí con ella, visualizando nuestro futuro, donde iba a poner todas sus cosas...
Yo estaba sangrando, no se si mi útero se estaba vaciando o simplemente lloraba conmigo. Llegué a odiarlo, por echarla de mi vida tan pronto.
Cuando fuimos a una revisión 15 después de todo y lo ví, pude descubrir sus heridas, estaba hinchado, había un pequeño hueco, se acordaba de lo que había pasado, supe que él también la extrañaba como yo, y dejé de culparlo más.
Ecografia de mi útero después de un aborto / parto prematuro.
No vimos el pólipo, o se desprendió en el parto o en el legrado. De todas formas me aseguraré con una histeroscopia cuando todo esté en su sitio. Pero si vimos unos folículos ováricos madurando, no lo podía creer (a sólo 15 días después de la pérdida), mi cuerpo se estaba preparando de nuevo para concebir. Aún no busco embarazarme de nuevo, ojalá pudiera. Me han dicho que espere dos reglas de las mías, con sus características, y si mi instinto no me engaña en 20 días llegará la menstruación. Una menos que contar... Se que mi cuerpo no me puede defraudar, me debe mucho.
He descubierto que la vida es frágil, y por eso es más valiosa. Veo que la primavera hace todo brotar sin importar lo duro que ha sido el invierno.
Mi niña me ha hecho más fuerte, apreciar la vida de una manera diferente.
Gracias por haber venido, aunque fuera poco.
Te quiero princesa ❤️ por siempre.
domingo, 2 de abril de 2017
Nacimiento enmantillado, mi parto velado
Lo que ningún médico ni la ciencia puede saber, es tu grado de dolor, pues tu dices que te duele, pero ellos no saben hasta donde, ya que también cada persona tiene un umbral de dolor distinto.
23 de marzo de 2017: segun mis cálculos estaba de 16+5 semanas de embarazo, según medidas y fecha de última regla 17+1.
Alas 21:00 de la noche, me acostaba en el suelo, hacia posturas de relajación, NADA me calmaba ni un pelín (un par de horas antes me tomé un Paracetamol).
Y de repente... Una lluvia de sangre comenzó, la sentía caliente, caer sin pausa. Sabía que ya no había vuelta a atrás... Ya nadie me podría decir que era normal.
Me coloqué una toalla entre las piernas, con el todo el dolor del mundo en el alma, ya no solo dolía físicamente, mi mundo se estaba transformando para siempre.
De camino al hospital, ni siquiera tenía fuerzas para llorar. El dolor me desgarraba, cada vez más fuerte, pero lo que más me dolía "mi niña se va". Conduciendo a mi lado, mi amor, con su mano en mi muslo y con un nudo en la garganta. Yo le decía: -Cariño por favor, corre... 15m de trayecto que se hicieron eternos. La peor de las pesadillas que podía imaginar, y solo acababa de comenzar.
Entré a urgencias corriendo con mi madre, mi novio debía aparcar debidamente. Nada más entrar pido ayuda, -Ayuda, estoy sangrando mucho, me duele!!! En menos de 1 minuto me llevaron dentro en una silla de ruedas. Mi madre y mi novio quedaron en la sala de espera.
Dentro, me hicieron levantarme y bajarme muchas veces, me hicieron muchas preguntas, no tenía la cartilla de maternidad (tenía la alemana allí) a lo que las escuché hablar desde otra habitación: "es extranjera" "¿pero habla español?", yo grité buen fuerte "Que sii, soy española", a mi niña se le quedó eso grabado a fuego..
Pusieron el ecógrafo en mi barriga, mi estrella latía, la ví brillar.
La ginecóloga no dijo nada, inmediatamente me miraron por abajo, yo las miraba, ellas miraban, hablaban, y yo solo escuché:
-Si, tiene la bolsa aquí... -Suspiró.
Mi mirada clavada en ella.
-Tengo malas noticias...
En mí todo cambió, sabía que iba a pasar, pero tenía la esperanza de que como siempre, no fuera nada...
No quería oír nada más: y sin aliento dije: -Lo sé, solo pido que me quiteis este dolor...
Supongo que nada puede quitarte el dolor del alma.
-¿La llevamos a paritorio?
-¿De cuantas semanas estás?
Con pena dije: "diecisiete.."
La ginecóloga negó con la cabeza.
Me llevaron a una cama, me puse mi primer camisón hospitalario y ahí me dejaron, prometiendo que traerán algo para aliviarme.
Al rato vino, me puso una vía, y primero me sacaron sangre. Pero yo quería algo para el dolor, "ahora mismo te pongo un nolotil" ¿Un nolotil, para parir?
Suspiraba ayuda, ellas entraban y decían "Claro que te duele, estas de parto, tienes que soplar, así...
Se volvieron a ir. Y solo volvieron a entrar al oír mis gritos de pena. Ya quedaba muy poco. Tenía las piernas cruzadas, no quería dejarla escapar. -¿Que hago aprieto?- Dijeron que si.
No quería!! tan solo abrí las piernas, respiré, dejé que la naturaleza lo hiciera por mi.
Levanté la sábana y la ví, mi niña enmantillada. Las expectantes miraban Incrédulas: -Mira, está intacta dentro de la bolsa amniótica... Pero no se atrevían a interrumpir.
No podía creer lo que estaba viendo ante mi, a través del velo fino y transparente, mi pequeña niña, tan pequeña que no puede vivir más...
Acaricié su espalda con mis dedos, era dura y perfectamente formada "mi niña" susurraba "te quiero". Vi como ella reaccionó a su caricia de amor, agitó levemente sus piernas. Aún le quedaba un último aliento para demostrarle a su mami, que había sido fuerte hasta el final, y que como ella, yo debía hacer igual.
Automáticamente las enfermeras se la iban a llevar, ni yo ni nadie quería romperle la bolsa, quería que no supiera que había nacido, y ellas decían "que no se rompa que la vean así", pensé que quizá así podían estudiarla mejor. Con sumo cuidado, la pusimos en un cubo, y le dije: -Adiós mi niña, que aprendan contigo para que no le pase a nadie más...
Cuando se la llevaron, me lavaron, pedí que dejaran entrar al padre ya mi madre, y que yo, quería ser la que les contará lo que había pasado... En menos de 2 minutos entraron, para nada se esperaban que les dijera que ya no había bebé, no lo podían creer. Ellos lloraron desconsolados "¿pero qué a pasado?". Todo pasó muy rápido, pasamos de una alegría infinita a una desolación desconcertante. Nadie estaba preparado para esto.
Pródromos de parto prematuro a las 16 semanas
Pródromos de parto prematuro a las 17 semanas.
Si, es así como lo llamo, MI PARTO prematuro.
Aunque se registre como un aborto tardío a la pérdida de un bebé entre las 14 y las 20 semanas, la palabra aborto se queda demasiado corta, demasiado fea, infravalorada.
Mi hija nació, y además con vida.
17 de marzo, a un día de viajar una semana a España. Iban en aumento dolores típicos de regla, molestias en los lumbares. Pero ese día vi, al limpiarme unas manchas marrones. Aunque por un lado pensé que sería sangre vieja, restos de aquel pólipo que dejaron a mitad en el cervix, algo me asustaba, recuerdo acostarme en la cama y no dejar de llorar. Mi pareja me decía que toda estaría bien, que sabíamos lo que era, habíamos leído que era común que las embarazadas con pólipos cervicales manchaban un poquito. Pero yo lloraba inconsolablemente... Y decía que tenía miedo que algo se pudiera torcer. Pusimos el doppler fetal y escuchamos a nuestra estrellita brillar, con su corazoncito cabalgar.
Al día siguiente, después de ir al baño me mosquee, seguía saliendo más flujo oscuro con coágulos, no sangre. Y aunque estábamos muy atareados preparándonos para volar a España esa tarde, dejamos todo a medio, cogimos la bicicleta y pedaleamos al hospital.
Me encontré con mis antiguas compañeras de trabajo, les dije lo que pasaba, y una de ellas me dijo; tranquila, yo tuve manchados casi todo mi embarazo.
Esperamos una hora, me dolía, pero también me parecía sentir pequeñas burbujas en la barriga..
Y entonces pasamos.
Efectivamente, nuestra estrellita estaba moviéndose mucho, la vimos tan grande ya... Según mis cálculos cumplía 16 semanas, pero las medidas apuntaban a 16+6, mi enorme bebé...
La ginecóloga de urgencia alemana era la mar de simpática y dejo pasar a mi chico. Le comenté que tenía dolores de regla, dijo que era normal, y que también fuerte presión lumbar, ahí su cara cambió un poco. Me miro también el cuello del utero, aparentemente normal, me hizo otra eco vaginal. Estuvo un largo tiempo mirando el cuello, me dijo que tenía el cuello largo, le conté que ahí dentro debía estar un polipo cervical, que me cortaron. Entonces se le encendió la bombilla, sacó el transductor de mi vagina con restos marrones de sangre y dijo; -Entonces estas manchas son restos del pólipo.
Se lavó las manos.
El pólipo fue acortado el 8 de febrero, y no volví a manchar, ¿porqué más de un mes después aparecía?
Bueno, yo intenté relajarme. Nuestra pequeña estaba bien, ¿que más podíamos pedir?
El manchado como por arte de magia, paró.
Esa tarde, cuando el avión aterrizó, sentí que se movió en mi barriga :) ella estaba tan contenta de estar en España como yo. La última vez que vinimos, ella solo tenia 4-5 semanas, su corazón empezó a latir en España, así como también dejo de hacerlo.
Martes 21 de marzo: llevaba casi un mes esperando esa cita. Una cita con un ginecólogo privado en Murcia. Al que fuimos toda la familia. Aunque el motivo principal era conocer el sexo, yo a esas alturas, decía que me daba igual! Que sólo quería saber si tanta molestia era normal.
Todos esperamos que fuera un niño, en la ecografia de las 12 semanas lo parecía, y la ginecóloga de urgencia dijo; esto parece un pene.. Pero debes tener paciencia.
La ginecóloga murciana, dijo muy pronto, yo ya se lo que es, y le dije, a ver enseñamelo y te lo digo, no vimos nada entre sus piernas, y antes de que pudiera pensar dijo:
No lo vas a saber, porque es UNA NIÑA.
Enserio? De verdad? Yo siempre había querido una niña, pero pensaba que era un niño y aun así le amaba tanto...
Ese día mi mundo se llenó de color, de vestidos, de lazos, de mil ilusiones... Una compañera de vida!!!! Mi estrella brillante!!!
Le comenté los dolores que tenía, según ella NORMALES. Todos me hacían pensar que era demasido sensible.
Justo después de la eco fuimos a arreglar unos papeles, lo último que necesitamos para casarnos en Alemania, una pequeña boda íntima en la que sólo seríamos tres, mi pareja, mi estrella y yo.
Pese a la alegría en la que todos vivíamos (estabamos con nuestra familia, compramos mil cosas rosas) yo no estaba disfrutando las vacaciones como quería. Deseaba hacer mil cosas, ver a mucha gente, pero estaba rota, me dolía mucho... Hacia mil esfuerzos, mis amigas me decían; muchacha y solo estas de 4 meses, espera a que estés de más!!
Puff, peor?? Sentía que los lumbares me ardian, ya nada me lo quitaba, hiciera lo que hiciera... No había postura ni cosa que me ayudará, pero ahí estabamos mi estrellita y yo... Repelando nuestras últimas vacaciones juntas...
Fuimos d compras, y aunque no tenía ni fuerzas para pensar en tallas, temporadas, mi amiga no hacía más que cojer cosas. Gracias a ella tengo cosas preciosas.
Jueves 23 de diciembre: Había pasado una noche horrible, había empezado a presentir que eran contracciones, ya que el dolor era aveces más fuerte que otras, como una regla muy heavy, que salía de mis riñones. Mi madre, preocupada de verme llorar, se sentó junto a mi cama y me dijo;
-No es normal que estés asi, yo he tenido molestias en el embarazo, pero no así... Míriam, ¿y si son contracciones? Tu no puedes tener contracciones todavía... No debes.
Ante la sospecha, puse la mano en mi tripa, y aunque la sensación si era de como si se endureciera todo, tenía tan poquita tripa aún, que era imposible saber si se ponía dura.
Después de aquella noche horrible de dolor, al ponerme en pie, sentí un flujo caliente salir... Otra vez manchado, pero esta vez, era extraño, lila, con fondo marrón oscuro... Parecía el famoso tapón mucoso, pero pensé que eso no podía ser... Llamé a mi chico, por favor, ven pronto!!! Llévame a urgencias por favor. Me puse lo primero que ví y aunque tenía tiempo, mire el doppler fetal en mi mesilla, que había usado la noche anterior, y por primera vez resistí a usarlo.. Manchado y dolor... Temí usarlo.
En menos de 5m mi novio estaba abajo con el coche.
Después de una espera horrible, en la que lloraba cada vez que venía aquella oleada de dolor, me llamaron con el megáfono, mi pareja vino detrás pero no le dejaron pasar.
Me hicieron una ecografia abdominal, yo torcí el cuello al máximo para poner ver la pantalla, ahí estaba mi niña feliz, como siempre había estado, se movía, latía su corazón... Pero fue la eco más corta del mundo, ni 10 segundos duró.
Miraron con el espéculo en la vagina, también fueron no más de 5 segundos.
Como yo soy tan idiota, conté lo del pólipo, porque pensaba, que en el mejor de los casos, quizá lo estaba expulsando... Y volvieron a asociar el manchado con ello. Lo del pólipo pasó en Alemania, ¿y si aquí en España no lo hubiera contado? ¿habrían buscado más que pasaba? ¿se hubiera podido hacer algo todavía?
Preguntas que por más que busque nunca podré responder.
Diagnóstico : -Vagina amplia y elástica, cervix normoepitelizado, restos hematicos en la vagina, no sangrado activo, GESTACION EVOLUTIVA.
Pregunté el porque del dolor, me dijo; -En las semanas que estás es normal, son los ligamentos del útero, ahora crece muy rápido.
Si es verdad que desde la semana 14 había aparecido una preciosa redondez que notaba cada día más grande, a pasos de gigante.
Me mandaron Paracetamol para el dolor y unos óvulos vaginales, que nunca me dió tiempo a usar.
Volví a casa, tratando de estar tranquila, tomé el Paracetamol e intenté descansar.
Por la tarde, pude descubrir que el Paracetamol no me hacía efecto. Asique debía continuar como si nada. A pesar del dolor, papá estrella y yo, salimos a pasear a los perros, ellos no tenían la culpa, los quería tanto y en tres días debía despedirme de ellos para volver a Alemania y los iba a echar mucho de menos... Mientras paseabamos, tenía que pararme, agacharme. Me sentía mal y sentía que era una exagerada.
Llegamos pronto a casa, no estaba para andar mucho, me tumbé en la cama. Me estaba retorciendo. ¿porqué me duele tanto?
Mi madre y mi novio a mi lado, preocupados, a lo que sentí ganas de empujar...
A mi madre le cambió la cara de golpe. Pensé que debía ir al baño.
Efectivamente. Muy despacio, de vuelta a la cama, sentí una lluvia caliente salir de mi... No... Miré. Dios mio. Estaba sangrando ,y mucho, no paraba, grité ayuda. Necesito ir hospital. Me puse una toalla entre las piernas, y allá que fuimos.
Hasta pronto estrellita...⭐️