lunes, 27 de marzo de 2017

Pólipo cervical en el embarazo

Cree éste post en febrero, queriendo contar la experiencia del pólipo cervical en mi embarazo, para poder aportar un poco de información al respecto, sobre todo tranquilizar a cualquiera que tuviera uno grande en el embarazo... Pero no ha sido así. Creía que podría tener un final feliz, demostrar que todas las páginas de Internet respecto a pólipo endocervical tenían razón, dicen: es una condición muy común y no interfiere en el embarazo. Hay poca o nada de información en Internet sobre como afectan los pólipos cervicales en la gestacion y menos aún sobre los pólipos largos (como es era mi caso). Los ginecólogos no le daban mayor importancia, pero yo creo que esto me causó una pérdida devastadora, y la desinformación me desbordada. No quiero ni mucho menos preocuparte si has llegado aqui buscando información y tienes uno pequeñito, ese no era mi caso, el mio era bastante grande...
Explico mi historia:

 

21 de diciembre 2016: Se me descubre un pólipo endocervical por casualidad en una visita rutinaria citológica. Debió estar ahí mucho antes de mi embarazo ya que era bastante gordito y yo solo estaba de 3 semanas de embarazo (aún no estaba confirmado pero yo ya tenía mi rayita ténue). La ginecóloga me lo mostró con un espejo y tenía aproximadamente este aspecto a simple vista (foto de Internet). 
  
Nunca había tenido ningún problema, ni sintomas ni infecciones ¿Quizá esto dificultó que me quedara embarazada rápido al obstruir casi por completo el cervix?. Pero igualmente me quede embarazada en 3 meses de búsqueda.

A partir de la semana 6 de embarazo empecé a observar una línea roja muy pequeña en el papel higiénico (se que una foto no es muy agradable pero quizá muchas puedan reconocerlo mejor así).
 
No le di importancia porque era minimamente pequeño.
Sin embargo no cedió y se convirtió en casi todos los días, acompañado de mucho flujo cervical espeso y amarillento y sin olor (creía que ese flujo era normal por el embarazo).
Mi ginecóloga me dio varias tiras de Ph vaginal el cual era muy alto 5,5, debía de ser de 4. Yo nunca había y tenido molestia, picor o infección.
Hasta que un día maché un poquito más de rojo y corrí a la ginecóloga.

En la ecografía vaginal se observa todo en orden, bebé de 9 semanas precioso, lo vemos ondear y bailar, corresponde con su tamaño.
 

 La ginecóloga asoció el pequeño sangrado a la posición de la placenta, me dijo que estaba bastante baja y eso me podía provocar sangrado, a lo que me pareció una escusa...
 

 Ahí estaban unos maravillosos pequeños pies, y la placenta más abajo cerca del cervix. Pero yo sabía que con esas pocas semanas era normal e iría subiendo poco a poco.
Le recordé que tenía un pólipo cervical y que si podíamos echarle un vistazo con el espéculo ya que mi Ph también era muy alto y tenía miedo de infección.
Cuando me observó con el espéculo pude ver su cara de asombro, el pólipo cervical había crecido mucho por efecto de los estrógenos del embarazo y asomaba del cervix hacia fuera como unos 3cm, aunque tendría unos 6cm en total contando la parte interna que no se ve. Me tomo una muestra, me prohibió las relaciones sexuales y me mando al hospital especializado para valorar su extirpacion.

Pase unos días bastante asustada, lloré muchísimo. Aquel intruso  me daba muy mala espina. No sabía que iba a pasar con nosotros, no sabía como esto afectaría a mi bebé. Mi bebé estaba genial en su bolsita, creciendo feliz y me daba miedo que por motivos ajenos a él, le pudiera hacer daño aquel pólipo.
Busque en Internet, día tras día, sobre pólipos cervicales en embarazos en español, alemán e inglés, en este último idioma encontré varios artículos sobre polipos gigantes en embarazadas (lo cual me alarmo más, se ve  que está cosa tiende a crecer con las hormonas del embarazo).En todos los casos recomendaban no extirparlo, y no sabía como lo iban a hacer sin entorpecer mi embarazo.

Tras seis días de incertidumbre, el 8 de febrero acudo a mi cita en el hospital Uniklinik Freiburg, me  atendió el "Oberarzt" (médico superior) y me hizo una ecografia abdominal muy detallada. Primero vimos al bebé, había crecido muchísimo, no dejaba de saltar, mover sus manitas y moverse. Aquí está!

 

Le pregunté que tipo de utero tenía, ya que la ginecóloga hablaba de sospecha de utero bicorne, a lo que miró y dijo : no, no es un utero bicorne, solo que la pared derecha esta engrosada.

Después hizo una ecografía vaginal doppler para observar el polipo, el cual gracias al cielo no tenía ninguna conexión con la placenta y nacía del cuello del utero hacia abajo. Estaba muy vascularizado con dos arterias y dos venas. Fue bajando el ecografo y observó como me ocupaba todo el cervix hasta un tercio de la vagina. El mismo doctor se asombró bastante de su largura.
Me dijo que normalmente no se interviene nada en un pólipo cervical en el embarazo, pero que al asomar por la vagina bastante, sería buena idea cortarlo a ras del cervix para evitar el sangrado e infección.
Mi cuello del utero tenía una longitud bastante larga, 56mm lo cual debía ser un seguro para proteger de partos prematuros, ya que los más cortos son los más incompetentes, claro que eso no evita que se abra poco a poco si te urgan ahí...

Una ginecóloga muy joven y su equipo me lo iban a cortar, a través del espéculo, desde la vagina, sin acceder al cervix claro. Llamó a otra compañera en cuanto vio aquel pólipo, ella tampoco había visto algo así, y estuvieron varios minutos pensando en como lo harían. Me hicieron una foto, me la enseñaron y dios ¡Había crecido aún más desde la semana pasada!
 
Aquello debía ser cortado sino acabaria arrastrandolo por el suelo... ¿Pero qué clase de estrógenos producía mi cuerpo para alimentar todo eso? Si sólo debía crecer el bebé!!
 Yo lloraba y les pedía que por favor no lastimaran a mi bebé que lo amaba mucho. Sabía que el el fondo no tenían ni idea de como iba todo aquello, sé que no hay estudios suficientes. Tuvieron que detenerse y preguntarme si de verdad deseaba hacerlo, que ellos no podían obligarme a hacer algo que no quería... Yo tenía miedo de arrepentirme algún día (de entorpecer el curso natural de mi cuerpo, o no sé). Ellas, con los instrumentos en la mano dijeron : Esto no toca al bebé, no vamos a acceder adentro del cuello uterino, si después ocurre un aborto no será por esto... (Palabras que no olvidaré jamás, una maldita mentira). Si no hacemos algo puede provocar una infección y ser aún peor.  A lo que accedí y cerré los ojos. No os podéis imaginar el miedo que pasé, sola, sentada en aquella silla ginecóloga, abierta de piernas, soportando la incomodidad del espéculo en mi vagina y sin saber como acabaria aquello. 
Fue difícil relajarme pero lo logré, cerré los ojos, tocaba mi barriga, una chica joven me acariciaba las manos, me miraba y me transmitía valor. Mientras noté como primero agarraron el pólipo y lo estrangularon con un hilo de coser, le dieron un punto a ras del cervix (no dolía nada, supongo que aquel trozo de carne no tiene terminaciones nerviosas) y después otro punto más abajo, y cortaron entre medias. Recuerdo que levante la cabeza para mirar y había bastante sangre, a lo que enseguida me obligaron a bajar la cabeza, volví a cerrar los ojos. Lo más duro fue relajarme, ya que estaba toda contraída del miedo.
Todo terminó, y automáticamente me hicieron una ecografia rápida dadas mis circunstancias de ansiedad, y ahí estaba mi pequeño higo ¡saltando como si nada! Estaba tan contenta que sólo podía decir: mil gracias chicas! Sois un buen equipo!


Me dijeron que el pólipo había sido acortado desde la vagina dejando la mitad en el cervix. Mandaron la parte cortada a laboratorio a analizar, me dijo que el sangrado desaparecería en 24 horas, que el pH debía mejorar y me recomendaron no tener ninguna relación sexual hasta mínimo una semana, y una visita una semana después con mi ginecóloga para verlo.

Apenas sangré más, mi bebé estaba bien una semana después en la eco, y el puntito calló solo a las 2 semanas.
 


También me llegó a casa un paquete de tiras reactivas vaginales para controlar el el ph en casa y el doppler fetal para escuchar su corazón. Estaba de 11 semanas y me hizo estar más tranquila, me daba mucha paz y me conectó mucho con mi bebé. Al principio es difícil encontrar el latido, en mi caso estaba tres dedos bajo mi ombligo. Pero una vez sabes donde puede estar lo encuentras siempre.

Por fin empecé a disfrutar el embarazo, los ascos y las náuseas comenzaron a ser más débiles.

En la eco de las 12 semanas todo estaba bien, me dijo que tenía toda la pinta de niño. La placenta estaba alta!
 

También me volvió a mirar con el espéculo y ni rastro del pólipo a simple vista, estaría más adentro en el cervix, claro. Y yo muy feliz.

Pasaron un par de semanas, mi bebé seguía creciendo, y yo me iba tranquilizando cada vez mas.
Solo notaba una sensación de que algo presionaba el pubis, a los lados de la tripa unas molestias... Nada más.
Cada mañana escuchaba a mi bebé moverse tras el doppler, y asocié las molestias con los ligamentos redondos.

Lo que no sabía es que cada día quedaba menos para despedirme de mi estrella... Algo que nunca imaginé que me pudiera pasar, algo que sucede de pronto y te deja sin aliento.